El avance inicial de las finanzas descentralizadas (DeFi) a principios de este año parece haber perdido impulso, marcado por un estancamiento evidente en el valor total bloqueado (TVL, por sus siglas en inglés). La confianza de los inversores se ha visto disminuida, especialmente tras una serie de incidentes negativos como los hackeos en protocolos importantes.
A este escenario problemático se agrega el declive en el mercado más amplio de criptomonedas. Desde el 15 de agosto, el valor de Bitcoin ha experimentado un descenso desde casi $30,000 hasta alrededor de $26,000. Este abrupto declive, tras un período prolongado de baja volatilidad, ha llevado a los inversores en sectores relacionados a retirar sus inversiones.
En comparación con el estado a principios de este año, el monto de capital bloqueado apenas ha cambiado. No obstante, entre abril y marzo, un aumento en el interés generó expectativas positivas, lo que llevó a los inversores a bloquear más fondos en los protocolos. Una mirada cronológica a la caída en el valor total bloqueado en DeFi muestra que este sector se encuentra en una especie de “invierno”, a pesar de los intentos de recuperación en 2023. Hasta la fecha de redacción, el valor total bloqueado en todos los ecosistemas es de aproximadamente $37,707 millones de dólares, según DefiLlama.
Este valor marca el punto más bajo desde principios de 2021. Para comprender la magnitud de esta caída, es relevante recordar las cifras recientes. Hacia finales de 2021, la cifra ascendía a $170,000 millones de dólares bloqueados en diversos protocolos, con $106,000 millones solo en Ethereum.
Sin embargo, el colapso tuvo lugar entre abril y mayo de 2022, durante la época de la caída de UST y la cadena Terra, una de las principales. En ese periodo, el valor total bloqueado descendió desde más de $135,000 millones hasta el rango de $50,000 a $60,000 millones. Tras el declive de FTX, la situación se volvió aún más negativa. El punto más bajo se alcanzó a principios de enero, cuando el valor total bloqueado en DeFi cayó a $38,400 millones. Posteriormente, hubo una recuperación alentadora seguida de otra caída hasta los niveles actuales.
Los intentos de resurgimiento de algunos protocolos y proyectos tokenizados se vieron afectados por hackeos en distintos protocolos y el declive de Bitcoin. Los analistas e inversores están buscando señales que indiquen una posible recuperación a corto o mediano plazo.
¿Existe motivo para el optimismo? Una disminución del 70% no es algo trivial, y tampoco es algo que se pueda revertir fácilmente en un sector financiero específico. En el caso de las DeFi, no se puede esperar un escenario similar al auge de 2021 durante el período de aumento en los precios. Tanto el valor total bloqueado como el volumen de transacciones en estos ecosistemas atravesarán un proceso prolongado antes de recuperarse plenamente.
No obstante, esto no significa que la recuperación esté fuera de alcance en el corto o mediano plazo. Es crucial recordar que el poder y el potencial revolucionario de esta nueva forma descentralizada de hacer finanzas aún está arraigado en la mente de los inversores. A pesar del declive, el ascenso de las finanzas descentralizadas sigue siendo notable.
En este sentido, el número de usuarios ha crecido desde los 80,000 en 2020 hasta más de 43 millones en la actualidad, lo que refleja un crecimiento significativo. Cabe resaltar que el valor total bloqueado en DeFi es un indicador confiable del estado del mercado. La liquidez en los protocolos depende del estado de este indicador (alto o bajo).
El sector enfrenta el desafío crucial de mejorar la seguridad en los contratos inteligentes para prevenir vulnerabilidades frecuentes ante ataques de hackers. Si el concepto de DeFi 2.0 logra ganar impulso, lo cual depende de los esfuerzos de los desarrolladores, entonces la perspectiva de revitalización parece bastante prometedora.